Lo que me apetecía este año era libertad en la fotografía de comuniones y la naturaleza siempre me ha inspirado esa posibilidad de hacer lo que deso. Quería una imagen diferente, más libre, y una señorita llamada Sheila y su encantadora familia me lo han permitido; nos hemos ido donde la luz juega con las ramas de los árboles, donde las sombras y los colores huelen a alegría, una tarde calurosa de Marzo nos aventuramos cerca de Málaga para “dar un paseo por el campo”. Un reportaje de comunión inundado de tonos verdes, amarillos y anaranjados que han adornado la sonrisa de la protagonista de este reportaje de comunión, por ahora mi preferido de los que he hecho hasta ahora.

Es para mi una norma en las fotografías

que realizo, convertir el decorado, los árboles, los caminos, las flores en un marco incomparable que dé la gran importancia a quien realmente la tiene, la niña. Que su mirada transmita alegría, cómo es ella sin cámaras delante, quiero que se sienta cómoda, y sea natural. Es como una regla de oro en mis reportajes, cuando lo consigo, es cuando realmente sé que tengo las fotos que me gustan. En este reportaje, hubo desde el principio química con la familia, algo imprescindible para que todo vaya sobre ruedas.

En las Fotografías de Comunión

cada familia que viene a mi estudio a preguntar, les transmito mi pasión por buscar nuevos estilos, en mi afán por huir de las formas clásicas, que todo el mundo a trillado, quiero sentir esa libertad como fotógrafo que te da probar cosas nuevas que impacten tanto a mi como a vosotros y confiéis en Estudio Acitores para recordad los momentos más importantes de vuestras vidas

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